Ceremonia secreta

La señora Leónides (Estela Medina) es una gris soltera que vive en las afueras de Buenos Aires. Una mañana en una de sus tantas visitas a la tumba de su hermano en el cementerio dela Chacarita, descubre que una joven, también vestida de luto, la ha estado siguiendo. La mujer siente miedo de la extraña, pero todo cambia cuando la chica se le acerca y le dice: “No me vuelvas a abandonar nunca más, mamá.” De las miradas desconfiadas, ambas terminan fundiéndose en un desgarrador abrazo.

No tardará mucho tiempo en que Cecilia (Soledad Fandiño) invite a Leónides a vivir con ella a su mansión. En su búsqueda por descubrir los motivos que llevaron a la muchacha a la negación mental sobre la muerte de su madre, ésta descubrirá toda su terrible verdad.

Pero también dos mujeres merodean la existencia de la hacendada chica. Encarnación (Susana Lanteri) y Mercedes (Ana María Caso), amigas de la difunta Guirnalda, quienes buscar sacar rédito de la situación.

Un misterioso vínculo entre ambos lutos. Soledades, devociones, traiciones y venganzas en un lúgubre caserón con un fondo lleno de retratos de una mujer que ya no está pero que revive en el cuerpo de otra.

Una pieza teatral que combina suspenso y el policial con excelentes actuaciones. Una irreconocible Soledad Fandiño, con una destacada caracterización, como una joven autista, desaliñada y en crisis; y una contundente Estela Medina, una gris solterona, con una imponente presencia escénica, que buscar descubrir una verdad.

A la sólida base actoral, se le suma la brillante dirección, puesta en escena y técnica de Oscar Barney Finn, que hace foco en el lado psicológico de los personajes y la relación de dependencia entre las dos protagonistas.

La muerte es aquello que hermana a estas mujeres en la novela que Marcos Denevi publicó en 1960, y con el que su autor fue ganador del primer premio de un concurso llevado a cabo por la revista “Life” en español.