La última vez

Laura (Mónica Salvador) y Pablo
(Alejandro Fiore) hace unos años que son pareja. Él vive en la casa de ella y
la convivencia se está tornando cada vez más difícil, ya que sus celos provocan
las más violentas reacciones. Inmersa en la complicada situación de su madre,
está Julieta (Belén Santos), quien también termina siendo rehén de esa
particular relación.

“La última vez” abre el telón de
la intimidad de una pareja, de vínculos enfermizos, que se van gestando en
silencio y a oscuras. Allí, donde los personajes se infectan mutuamente,
víctima y victimario se construyen miserables, en un círculo vicioso, la salida
es difícil. Y la promesa siempre se vuelve inútil.

Alejandro Fiore, quien dirige
también la obra, encarna un jugado personaje, que con realismo logra despertar
esas reacciones que se buscan en el público, el que quedará tan absorbido que
por dentro insultará. Así bien logra esa bipolaridad, entre la violencia y el
arrepentimiento, en un rol complicado. Por su parte Mónica Salvador,
creadora de la pieza, le pone el cuerpo a una creíble mujer sometida,
paralizada, cuyos miedos e inseguridades la atan, hasta que decide contar su
realidad. Belén Santos, acompañará correctamente, demostrando que tiene un gran
futuro en su carrera. Su adolescente es contenedora, y ayuda en ese abrir los
ojos de su madre.

Una historia cruda, quizá hasta
debida en los escenarios porteños, sobre una realidad que viven cientos de
mujeres como lo es la violencia de género. Directa, sensibiliza, crea
conciencia e interpela. Una obra que cumple una función social.