Leo Cifelli se presentó en el prenario de comisiones de la Cámara de Diputados para intentar dar explicaciones sobre el capítulo que le compete, en medio de la discusión parlamentaria por la “Ley ómnibus”.
Con un discurso leído de apenas seis minutos, el funcionario hizo referencia pero evitó dar precisiones. El Instituto Nacional del Teatro y el Fondo Nacional de las Artes perderían autonomía y personal, y seguirían como programas de incentivos bajo la órbita de su cartera.
“Cada uno conservará su fin, la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas”, destacó Cifelli, y agregó: “No hay plata. No es un lema; lamentablemente, es la realidad. Necesitamos una gestión eficiente de los recursos y una administración transparente”.
“Casta o libertad. Esta ley es una condición necesaria. Hay que revisar una estructura que no funciona y es deficitaria. La ‘ley Bases’ integra un conjunto de administraciones que el Congreso debe aprobar para reencauzar el país”.
El plan cultural del Gobierno gira en torno a los “verdaderos valores”, sentenció el productor teatral.
“Al asumir nos encontramos con entes descentralizados enormes con más puestos de trabajo que funciones concretas, con organismos que tienen asignados los mismos objetivos, tareas y funciones; con gasto público, no con inversión”, leyó Cifell en su presentación, sin dar ejemplos.
“Vamos a reducir el aparato estatal, centralizar tareas y funciones y modificar la estructura para reasignar programas que van a depender de forma directa del presupuesto nacional y de la administración central”, advirtió.
Con referencia al futuro del Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro destacó que ambos pasarían a ser “programas activos bajo la órbita de la Secretaría”. Cada uno de ellos conservará su fin”, que es “apoyar a los artistas”.
Así, los dos organismos dejarían de ser autárquicos y descentralizados.
