Él (Daniel Zaballa) es viajante, recorre los pueblos de interior del país vendiendo medias de mujer, actividad que complementa con la posibilidad de dar conciertos de piano. El oficio, en ese deambular constante, lo lleva a conocer lugares y personas, pero también son viajes a encontrarse consigo mismo.
En búsqueda de técnicas para mejorar sus ventas, nuestro protagonista fortuitamente un día descubre que, cubriéndose la cara con sus manos, logra llorar y conmover a sus eventuales compradores. Poco a poco esto se convierte en una infalible técnica, logrando la sorpresa de la empresa a la que él representa. Pero todo cambiará, o no, cuando ese llanto lo sorprenda en el medio de uno de sus conciertos.
Basado en el cuento “El cocodrilo” del autor y pianista uruguayo Felisberto Hernández, la obra refleja sus dos pasiones, la música acompaña a un texto por demás poético.
La correcta iluminación nos ayuda a adentrarnos en las luces y sombras de la vida del protagonista. Una destacada actuación, que es muy bien secundada por los diversos roles de Mimí Rodríguez y Gustavo Oliver, quienes también con marionetas son parte de las personas que el viajante va cruzando en su camino.
La estética y la puesta en escena de la pieza acompañan al disfrute de un texto melancólico y sutil. Un relato intimista por el cual este vendedor a través de sus vivencias y sus recuerdos nos permite entrar en su mundo.
Con dirección de Lorenzo Quinteros, esta destacada versión de Daniel Zaballa, nos cuenta, con dosis de humor, un sueño y las peripecias de una vida por llegar a ser cumplido.
Ficha técnica:
Dirección: Lorenzo Quinteros
Dramaturgia: Daniel Zabala
Sobre textos de: Filisberto Hernández
Actores: Daniel Zabala, Mimí Rodríguez, Gustavo Oliver
