El Teatro Payró, miembro fundador de ARTEI (Asociación Argentina de Teatro Independiente), ha visto pasar por su escenario, la historia del país.
– ¿Cuándo inicia la historia del Payró?
– Nosotros tomamos la fecha del 6 de octubre de 1952 porque en esa fecha fue la primera asamblea con todo el equipo. Desde el 53 que se abre al público, se llama “Teatro Los Independientes”. Teatro que fundó Onofre Lovero a la cabeza junto a un grupo de gente grande. Entre los que estaban Haydée Padilla, Betiana Blum, Walter Santa Ana, Rodolfo Ranni… por nombrar algunos.
– ¿Y el cambio de nombre?
– Unos años antes de Onofre dejar la dirección del teatro, año 1966 o 1967, le solicita a Argentores que proponga una terna para elegir un autor argentino para homenajear poniéndole su nombre al teatro. Así es que resulta electo el nombre de Roberto J. Payró.
– Nombraste mucha gente que pasó por acá. ¿Sentís alguna responsabilidad de dirigir una sala con tanta historia encima?
– La responsabilidad que uno siente la siente diariamente, con lo que se hace en el momento. No siento la responsabilidad histórica, sería un poco pesado. La responsabilidad tiene que ver con el hecho vivo del teatro, del aquí y ahora. Abrir la sala y que entre el público, y ver una función, es una muy grata responsabilidad. Por su puesto que está, uno sabe, no se olvida de la historia que hay detrás, en donde la responsabilidad está en seguir y en no descuidar la tarea teatral.
– ¿Qué momentos son los que considerás más importantes a lo largo de estos 71 años?
– Pensando en lo que ha pasado en el país y el mundo, en lo que hemos pasado… una época muy intensa e importante en el Payró fue la de la última dictadura. La sala fue realmente un espacio de mucha resistencia, una especie de trinchera cultural muy importante. Tanto fue así que algunos años antes de la dictadura, la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), pone una bomba, y durante la dictadura hubo amenazas de desalojo, pastillas de gamexane (insecticida utilizado con fines represivos), obras prohibidas… La época de la dictadura fue muy importante, creo que ahí el Payró terminó de armar su perfil.
Cabe mencionar los años también, en que el Payró fue sala asociada del Teatro San Martín. Esto en los años 1986 o 1987, más o menos. En ese entonces teníamos funciones de lunes a lunes.
– ¿Cuál es el desafío para los años que vienen?
– El desafío en este momento es la continuidad. Fueron años muy difíciles, los dos años de pandemia fueron muy difíciles. En todos estos años, estar dos años sin actividad, no nos había pasado nunca. Ni siquiera en los años que tuvimos que dejar la sala por las reformas que se tuvieron que hacer, por la privatización de Galerías Pacifico. Ya nos estamos preparando para el año que viene, siempre tratando de generar grupalidad. Vos hace un rato dijiste “la casa de los Kogan”, siempre quisimos que no sea la casa de los Kogan, que se la casa de muchos.
– Finalmente, si tuvieras que ponerle un título, como si fuera un título de guión, a la vida del Teatro Payró, ¿cual le pondrías?
– A mí la palabra resistencia me gusta mucho, me parece una muy buena palabra para hablar de la cultura, de la cultura independiente, del teatro independiente… y de este ámbito en particular me parece que es una buena palabra para encontrarle algún significado a la actividad teatral.
En el año 2022, en el marco de sus 70 años, el Teatro Payró lanza la “Payroteca”, un sitio web en donde se recopilan 70 años de archivo del Payró. Siendo el primer archivo digital de un teatro independiente de nuestra ciudad. Podés visitarlo en el siguiente link: www.payroteca.com
