Hamm (Alfredo Alcón) es una suerte de rey desposeído, paralítico y ciego, cuyo trono es en realidad una silla de ruedas. Clov (Joaquín Furriel) su sirviente, está siempre a su lado, y en contraposición, no puede sentarse.
Aquella habitación, un espacio cerrado, gris y asfixiante, y la relación entre ambos, es lo que a ellos les queda de un mundo que parece estar deshabitado. No hay referencias específicas que indiquen de qué espacio se trata, pero es claro que los personajes que lo habitan no pueden salir de allí.
Con ellos, en un costado, Nagg (Roberto Castro) y Nell (Graciela Araujo), padres de Hamm, viven “animalizados” en tachos de basura, encierro que intensifica esa atmósfera ahí vivida.
La obra gira en torno a la degradación del otro, y de uno mismo; sobre la certeza, pero a la vez la incertidumbre, que trae la muerte aparejada. El desmoronamiento de ese mundo exterior es metáfora de lo que les pasa a estos personajes allí dentro.
Un juego de enigmas en la piel de dos actores cuya laborar puntillosa vuelven el texto de Samuel Beckett una pieza deliciosa, guión que, de por sí, es una de las obras más importantes del teatro contemporáneo.
La dupla Alcón – Furriel, quienes ya compartieron escenario juntos en “Rey Lear”, de William Shakespeare, en 2009/2010, dotan a la historia de ese nivel dramático que se requiere, con diálogos picados, punzantes, y una perfecta declamación en la forma del decir. Una relación que del odio, que por momentos parece tornarse filial, tienen en la química entre ambos actores un elemento a destacar.
Los seres que se imaginó el autor para estos personajes están logrados, y se presentan en una puesta impecable, que el mismo Alcón dirige, para el difícil escenario de la Sala Casacuberta, del Teatro General San Martín.
“Final de partida” aporta una luz oscura a los días que vivimos, y su crítica social sigue vigente, a pesar de ser una obraestrenada a mediados de la década del 50´del siglo pasado.
Ficha técnica:
Actores: Alfredo Alcón, Joaquín Furriel, Roberto Castro, Graciela Araujo
Guión: Samuel Beckett
Adaptación: Francisco Javier
Dirección: Alfredo Alcón.