Oscar Wilde (Enrique Papatino) es sometido a juicio. Un tribunal lo acusa por sus relaciones homosexuales. Sentado en el banquillo de los acusados, el escritor deberá dar explicaciones de sus conductas sodomitas. A partir de las cartas con sus amantes la historia se irá hilvanando, expresando los sentimientos del autor y la moral de la sociedad victoriana de la época.
Así Julio Ordano, autor y director de la obra, reconstruye el proceso legal en el que Oscar Wilde fue declarado culpable y condenado a dos años de trabajo forzado.
Valiéndose de la misma agudeza verbal característica del escritor, los diálogos y soliloquios del protagonista son fuertes y llenos de poesía. Enrique Papatino compone un personaje en que, además del habla, todos los detalles están cuidados, con las características propias del refinamiento inglés de su clase social.
Acompaña un impecable elenco de actores como lo son Enrique Dacal, Nilda Raggi, Hernán Vázquez, Edgardo Moreira y Roberto Ponce, todos correctos en sus papeles, que se presentan como imágenes de vida pasada, presente y futura.
La correcta puesta en escena enmarca esos tiempos en que transcurre la obra, hasta llegar al veredicto en el cual parece también interpelársele al público.
Y desde la platea uno celebra a Oscar Wilde con su excentricidad, sus respuestas llenas de poesía y la burla a aquel tribunal que lo enjuicia. Así lo enunció años después su nieto: “Cuando mandaron a mi abuelo a la cárcel por quebrantar la ley, también privaron a la sociedad de un rebelde”.
Ficha técnica:
Actores: Enrique Papatino, Enrique Dacal, Nilda Raggi, Hernán Vázquez, Edgardo Moreira y Roberto Ponce.
Dirección: Julio Ordano.
Guión: Julio Ordano.